Marta Ortega
(Barcelona, 1994)
Desde muy pequeña ha sentido una fuerte atracción por la creación visual. Sus primeros recuerdos están ligados al dibujo de retratos y animales, y a largas horas jugando con una colección de figuritas de goma que organizaba según los lugares donde imaginaba que vivían. Con el tiempo, la ilustración y la pintura se convirtieron en su lenguaje para explorar lo cotidiano, un interés que poco a poco fue creciendo hasta convertirse en el eje central de su trabajo.
A través del color continúa agrupando estados de ánimo, símbolos, personas y animales, manteniendo esa misma obsesión por acumular, ordenar y clasificar.
Obra y concepto
Su práctica se mueve entre la ilustración y la pintura, con un enfoque en la figuración de personas, animales y entornos. Le interesa detenerse en lo aparentemente irrelevante: esos instantes en los que “no pasa nada”, pero que en silencio sostienen el mundo.
Sus escenas, cercanas al costumbrismo, buscan capturar emociones y expresiones suspendidas en el tiempo. En cada obra invita al espectador/a a habitar esos silencios, a construir su propio relato y a imaginar lo que completa la imagen.
En definitiva, pinta para dar forma a esa necesidad de acumular y agrupar, y convertir el color en su manera de jugar.